No queremos vivir en un mundo donde los controles racistas son comunes. No queremos vivir en un mundo donde la gente está encerrada en campos de asilo federales o en prisiones (de deportación). No queremos vivir en un mundo en el que un paso por encima de una línea trazada arbitrariamente lleva a algunos a la cárcel, mientras que otros cruzan la misma frontera después de cada vacación y cada viaje de compras sin ningún problema. En cambio, queremos vivir en un mundo en el que la gente sea libre de elegir dónde y cómo vivir.